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Mostrando entradas de abril, 2021

El silencio

 Rubia, blanca pálida, tapada hasta el cuello y con sus ojos cerrados. Su boca dibujaba una leve sonrisa y su cara trasmitía la más serena paz del mundo. Jamás la habíamos visto con tanta paz durmiendo. Lo estaba disfrutando, todos los dolores se habían ido, junto con las preocupaciones, pero esta vez, para siempre.  Era un jueves a las 5 de la mañana, el jueves más frio del año de aquel invierno de julio. Era ese frio que te cala los huesos y te deja sin respirar, perdido y desorientado. Emma llegaba a su ciudad natal, se bajó del colectivo luego de un viaje con incertidumbres y al mismo tiempo con muchas certezas que, aunque no haya querido saber, su intuición se lo aseguraban. Dejó el colectivo y buscó la camioneta de su padre a la cual subió en silencio. Los ojos llorosos de él le decían todo, pero no salía palabra de su boca. El viaje a la clínica duró menos de tres minutos, al llegar, a los lejos y desde la vereda, pudo divisar a su hermano, sentado sólo en una de las butacas en

Recuerdo

Le preguntaron qué era la felicidad para ella y se encontró llorando de repente.  La felicidad para ella era sacarle el flequillo de la frente a su mamá con su mano derecha mientras se encontraban sentadas en algún bar “tomando un cafecito”. La felicidad para ella en ese momento fue cerrar los ojos y hacer su mayor esfuerzo para poder sentirla en el viento, intentar captar su aroma, escuchar su voz, tomar su mano y abrazarla fuertemente.  La felicidad para ella, en ese momento, fue un recuerdo. La felicidad fue su mamá.

La felicidad

Pensando en la felicidad me di cuenta de cómo su significado ha cambiado a lo largo de los años y que, en cada etapa de mi vida, la felicidad ha ido tomando diferentes formas. Ha sido metas distintas, ha sido nuevas y viejas caras. Fue situaciones, cosas, personas y lugares que han ido mutando a lo largo de mis años.  Cuando era adolescente la felicidad era que el chico que me gustaba se fijara en mí. Esto es algo muy llamativo porque no ha cambiado mucho en mi vida, o en la de muchas mujeres (de mi círculo por lo menos). Es algo que hablo mucho en terapia, la felicidad de las relaciones, o, mejor dicho, cómo las relaciones pueden hacernos felices. En esta ocasión me refiero a las relaciones amorosas. Sostengo firmemente que las mujeres, a diferencia de los hombres, tenemos la pirámide de Maslow un tanto alterada. Veo y siento que como base está el amor a otro (amorosamente hablando), y luego, el resto de la cuestión. Cuando ese otro nos deja, nos desilusiona, no es correspondido, o si