Retrovisor

Dicen que mirar para atrás muchas veces no es bueno. Que de nada sirve aferrarse al pasado si nos perdemos del presente, y me pregunto, es tan así? Mirar al pasado también implica ver el recorrido que hemos hecho. Mirar al pasado es poder ver(nos) y ver nuestra historia. Implica poder re significar si hay una parte de la historia con la cual tenemos que hacer las pases. Mirar al pasado es poder ver lo que hemos logrado, lo que hemos aprendido como así también adquirir herramientas para no cometer los mismos errores. También implica extrañar, y la mayor de las veces un montón, a esas personas que ya no están con nosotros o incluso extrañar a nosotros mismos, pues ya no somos aquellos que fuimos. Mirar por el retrovisor es abrazar a esos recuerdos que nos hicieron felices, a esas personas que nos dieron esos abrazos reparadores que nos recauchutaron el alma más de una vez. Mirar por el espejo implica tomar envión para poder seguir. Hoy, en una de las noches más frías, donde los recuerdos llenaron los ojos de lagrima, miré por mi retrovisor y vi el amor escrito en el vidrio. Hoy mi retrovisor me sorprendió con el mensaje que necesitaba, con los recuerdos que mi alma necesitaba saber. Hoy mi pasado me saco una sonrisa recordándole al presente que somos amados aún en la soledad del auto camino a casa. Y ahí me di cuenta que no estamos solos, que nunca estamos solos si tenemos la capacidad de ver por el espejo y sonreír. 


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