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Julian

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  “No voy a tener señal para el 31, asique te llamo antes de salir, quisiera hablar con vos antes de que termine el año, saludarte, escucharte un ratito”, fue el mensaje que le mandó antes de irse a dormir con todas las ilusiones que le quedaban y una sensación rara de saber que no todo estaba bien.   A veces la vida, el universo, nuestra alma quizás, saben de antemano y le ganan a la conciencia y a la realidad en cuanto a sabiduría y certezas. Y en este caso, claro que sabían. Habían sido días maravillosos, argentina campeón mundial, el primer beso, una cuasi convivencia y unos “te amo” apresurados en el tiempo pero no en sentimientos. “Diciembre tiene una magia de cosas bellas, pero lo que comienza en diciembre no dura”, lo dijo sin pensar.   —- Ella, ciega ante tanto sentimiento, volvió a creer en el amor después de muchos tropiezos y se despertó un deseo que nunca antes había imaginado, el de ser mamá y formar una familia.   El, el volvió a tener ese brillo que l...

Regresar

Los yuyos estaban altos, tan altos que ya no había sendero que se pudiera seguir, había que asumirlo, estaban perdidos. En lo que quedaba de esperanza, ella la miró fijamente a los ojos y le dijo: “Fili, guianos”, y ella como si entendiera a donde tenía que ir, empezó a abrir camino. Sabían que ese día tenían que encontrar ese lugar donde los árboles formaban un coliseo natural con entrada al sur y salida en el norte.  Con la mirada baja y confiando en su nueva amiga perruna empezaron a andar, y de repente los yuyos desaparecieron y los recibió una vaca que descansaba en la “puerta de la entrada sur”.  Empezaron a caminar por un sendero estrecho, dando la sensación de un embudo que al querer pasar al otro lado solo había espacio para ir de a uno. Él era su segunda vez en aquel sitio, ella su primero, y de los dos, el último.  María empezó a notar que sus pasos se volvían lentos, que el aire cada vez era más escaso y se tuvo que agachar para intentar recobrar el aliento. M...

Retrovisor

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Dicen que mirar para atrás muchas veces no es bueno. Que de nada sirve aferrarse al pasado si nos perdemos del presente, y me pregunto, es tan así? Mirar al pasado también implica ver el recorrido que hemos hecho. Mirar al pasado es poder ver(nos) y ver nuestra historia. Implica poder re significar si hay una parte de la historia con la cual tenemos que hacer las pases. Mirar al pasado es poder ver lo que hemos logrado, lo que hemos aprendido como así también adquirir herramientas para no cometer los mismos errores. También implica extrañar, y la mayor de las veces un montón, a esas personas que ya no están con nosotros o incluso extrañar a nosotros mismos, pues ya no somos aquellos que fuimos. Mirar por el retrovisor es abrazar a esos recuerdos que nos hicieron felices, a esas personas que nos dieron esos abrazos reparadores que nos recauchutaron el alma más de una vez. Mirar por el espejo implica tomar envión para poder seguir. Hoy, en una de las noches más frías, donde los recuerdos...

El silencio

 Rubia, blanca pálida, tapada hasta el cuello y con sus ojos cerrados. Su boca dibujaba una leve sonrisa y su cara trasmitía la más serena paz del mundo. Jamás la habíamos visto con tanta paz durmiendo. Lo estaba disfrutando, todos los dolores se habían ido, junto con las preocupaciones, pero esta vez, para siempre.  Era un jueves a las 5 de la mañana, el jueves más frio del año de aquel invierno de julio. Era ese frio que te cala los huesos y te deja sin respirar, perdido y desorientado. Emma llegaba a su ciudad natal, se bajó del colectivo luego de un viaje con incertidumbres y al mismo tiempo con muchas certezas que, aunque no haya querido saber, su intuición se lo aseguraban. Dejó el colectivo y buscó la camioneta de su padre a la cual subió en silencio. Los ojos llorosos de él le decían todo, pero no salía palabra de su boca. El viaje a la clínica duró menos de tres minutos, al llegar, a los lejos y desde la vereda, pudo divisar a su hermano, sentado sólo en una de las bu...

Recuerdo

Le preguntaron qué era la felicidad para ella y se encontró llorando de repente.  La felicidad para ella era sacarle el flequillo de la frente a su mamá con su mano derecha mientras se encontraban sentadas en algún bar “tomando un cafecito”. La felicidad para ella en ese momento fue cerrar los ojos y hacer su mayor esfuerzo para poder sentirla en el viento, intentar captar su aroma, escuchar su voz, tomar su mano y abrazarla fuertemente.  La felicidad para ella, en ese momento, fue un recuerdo. La felicidad fue su mamá.

La felicidad

Pensando en la felicidad me di cuenta de cómo su significado ha cambiado a lo largo de los años y que, en cada etapa de mi vida, la felicidad ha ido tomando diferentes formas. Ha sido metas distintas, ha sido nuevas y viejas caras. Fue situaciones, cosas, personas y lugares que han ido mutando a lo largo de mis años.  Cuando era adolescente la felicidad era que el chico que me gustaba se fijara en mí. Esto es algo muy llamativo porque no ha cambiado mucho en mi vida, o en la de muchas mujeres (de mi círculo por lo menos). Es algo que hablo mucho en terapia, la felicidad de las relaciones, o, mejor dicho, cómo las relaciones pueden hacernos felices. En esta ocasión me refiero a las relaciones amorosas. Sostengo firmemente que las mujeres, a diferencia de los hombres, tenemos la pirámide de Maslow un tanto alterada. Veo y siento que como base está el amor a otro (amorosamente hablando), y luego, el resto de la cuestión. Cuando ese otro nos deja, nos desilusiona, no es correspondido, ...

Le llaman vivir

Un mate de charlas con tu mejor amiga Un abrazo de tu vieja Un recreo en el trabajo Darte cuenta que te registras y que ahora sos vos el que deja sorprendido al psicólogo Un helado con el chico que te gusta Un abrazo de tu hermano recién llegado de viaje Un abrazo que te espera del otro lado del mundo Los buenos días de tu tío Un vídeo de tu prima  Un meme de tu cuñada  Despertar un día y no querer repetir la historia de amores no correspondidos Mimarte Registrarte Una charla con tu compañera por Skype Compartir música para no dormirte El mensaje de tu tía para ver como estas El llamado de tu papá de vez en cuando y de cuando en vez Entender  Aceptar Desear las mariposas en la panza Querer que el entusiasmo vuelva Llorar Respirar Respirar hondo  Secarte las lágrimas Seguir  .. Calma Ya llegara .. Le llaman vivir